¿Recuerdan a Roberto Esquivel Cabrera?, el hombre con el pene más grande del mundo. Con 48 centímetros de largo, este hombre reveló que no está buscando una reducción del miembro; por el contrario, busca dejarlo de esa manera, pues ha conseguido mucha fama. Y ahora planea mudarse a Estados Unidos y perseguir una carrera en el mundo de las películas para adultos.
“No me siento triste porque sé que en Estados Unidos hay muchas mujeres. Una de ellas tendrá el tamaño adecuado para mí”
Al hombre, originario de Saltillo, México, le gustaría dedicarse a filmar películas para adultos, pues cree que es un oficio bien pagado, lleno de gente liberal que no se fijará en lo que está en sus pantalones.
Si bien, esto podría ser un poco más difícil de lo que suena, puesto que gracias a su miembro le es casi imposible tener relaciones, hoy en día estas películas están llenas de raros fetiches que, tal vez, le den una entrada.
A pesar de estar orgulloso de su miembro de casi medio metro, dice que le ha causado muchos problemas de salud.
“Estoy contento con mi pene, sé que nadie tiene el tamaño que tengo”.
El tamaño le provoca frecuentes infecciones del tracto urinario, pues no toda su orina escapa de su largo prepucio. También, mantiene a su miembro envuelto en vendajes para evitar algún tipo de irritación.
A pesar de todo esto, un famoso sitio que se dedica a la producción y distribución de contenido para adultos aseguró que hay un lugar en la industria para Roberto, pues dice, hay gustos para todo mundo.
“Su condición se presta para hacer escenas cómicas, como doctores y enfermeras examinándolo e intentando algo con él. Él lo pasaría muy bien y todos querrán ver esa escena, por supuesto, que les guste es otra cosa”.
Sin embargo, y a pesar de la invitación, todavía no hay noticias sobre una estrella de películas para adultos que quiera meterse con el hombre de gran miembro, y es posible que no encuentre una, dado que, literalmente, ha sacrificado una vida sexual para asegurarse de que su pene siga siendo el más grande del mundo.
“Me gustaría estar en el Libro de los Records de Guinness, pero no reconocen este logro”.
Tal vez la decisión de Roberto, de no someterse a una cirugía estética, no sea la más acertada a largo plazo, habrá que esperar para ver si alguien se fija en su inusual “talento”.
