Advertisemen
Muchos matrimonios no valoran a su pareja y por esa razón les hacen cosas imperdonables.
Muchas personas no valoran a quien tienen al lado aunque estas hagan hasta lo imposible por estar junto a su pareja.
La fidelidad es algo que no se practica usualmente, y cuando le practicamos un acto de infidelidad a nuestra pareja, le rompemos el corazón y hacemos que el mundo se caiga ante nuestros pies.
Pero a veces sucede que las cosas se cambian en contra y ellos son los que terminan destrozados.
Aquí te contaremos una historia que demuestra que el Karma siempre se encarga de devolver el mal que le causas a alguien. Muchos dicen que si le haces un mal a alguien será un mal que recibes, aunque muchas veces no es así, puede que en muchas otras sí lo sea y pasen cosas como esta.
Una pareja que luego de 37 años de casados, Daniel y María llegaron a este cruel punto, ellos se unieron muy enamorados años atrás, y a pesar de tenerlo todo, Daniel no estaba satisfecho y empezó una aventura en secreto con su secretaría.
Decidió unirse a su secretaria y expulsar a su esposa de la casa, Daniel, tras peleas con abogados ante la ley, ganó la sentencia y consiguió quedarse con la casa, solamente le dio a su ex mujer tres días para abandonar la casa.
Ella en solo tres días debía empacar sus cosas y despidiese de la que había sido su casa por tantos años. Ella con mucho dolor en su corazón decidió darle una lección con un plan bastante cómico.
El primer día empacó todas sus cosas.
El segundo día hizo la mudanza a su nuevo hogar.
El tercer día preparó su última comida armonizando con velitas, caviar, vino blanco y camarones de los ricos y después de brindar, recoger la cocina y dejar todo limpio, decidió agarrar todas las cascaras y pieles de los camarones y las escondió en las cortinas de la sala.
Daniel y su nueva pareja desde que ella abandono la casa empezaron a vivir en la casa, pero después de unos días ellos no aguantaban el mal olor, trataron de eliminarlo pero no atinaban con el foco de infección.
Usaron aromatizantes, limpieza de cañerías e incluso llamaron a especialistas en plagas e higiene de hogar, pero no sabían de donde procedía. Los amigos de Daniel y su pareja dejaron de visitarlos, el olor cada vez era más insoportable.
El olor cada vez empeoró, decidieron abandonar la casa y venderla, el precio tuvo que bajar un 50% pues nadie quería comprarla al no poder respirar dentro de ella, incluso grandes empresas se negaron en comprar la casa.
Este le conto lo que había ocurrido con la casa y ella se mostró muy amable al proponerle comprársela ya que estaba cansada de estar pagando renta. Daniel quiso volver a hacer una maldad y pensando que María no tenía ni idea de donde se estaba metiendo, aceptó vendérsela pero tuvo que ser por una décima parte de lo que la casa valía en realidad.
Ellos se sentían muy felices porque habían podido vender la casa, su felicidad obviamente tenía un toque de maldad. Estaban victoriosos ignorando que el que ríe último ríe mejor.
Ellos en la mudanza sacaron todo, incluso los cortineros, se llevaron el mal olor con ellos. María ahora vive en la casa que nunca debió dejar.
Advertisemen