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Las mentiras de Donald Trump en sus dos primeras semanas como presidente de EE.UU.

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Donald Trump cumple hoy dos semanas en el cargo. Sí, sólo dos. Pero a juzgar por todo lo sucedido en los últimos quince días da la sensación de que hayan pasado años. Protestas masivas, caos en los aeropuertos, críticas internacionales, conflictos con la prensa… Quien pensara que el magnate neoyorquino se iba a moderar una vez sentado en el Despacho Oval se ha equivocado.


Nada ha cambiado en el estilo del nuevo presidente, ni siquiera las mentiras. Uno podría pensar que la responsabilidad de liderar al país más poderoso del mundo infundirá en el republicano y en su equipo algo de pudor. No es el caso, y todo parece indicar que, larga o corta, esta legislatura estará cargada de “hechos alternativos” y ataques a la “deshonestidad” de la prensa.

Pero, ¿quién es realmente el deshonesto? En las últimas semanas, el mandatario y su equipo se han prodigado en declaraciones tergiversadas o directamente falsas. Sin titubear, se han sacado de la manga votos fraudulentos, audiencias históricas o “amistad eterna” con quienes se enfrentaron durante la campaña. Estas son algunas de las falsedades más escandalosas de sus dos semanas en el poder.

Aunque ganó las elecciones presidenciales, Trump parece no estar contento. Le ha sentado especialmente mal que sus detractores le resten legitimidad por haber perdido en voto popular por la cifra histórica de tres millones de votos. Por eso, el pasado 25 de enero afirmó en una reunión a puerta cerrada que había habido entre tres y cinco millones de votos ilegales que fueron a parar a su rival electoral, Hillary Clinton, y que pretendía iniciar una investigación al respecto.

No es la primera vez que hace esa acusación sin dar ninguna prueba. Pero es que no las hay. Según The New York Times , funcionarios electorales de todo el país han asegurado que no hay evidencias de que la gente votara ilegalmente, algo que también respaldó en su día el ex presidente Barack Obama. Esta tesis también la apoyan las webs de verificación de datos Snopes.com y Politifacts.

1."FUE LA MAYOR AUDIENCIA QUE JAMÁS HAYA PRESENCIADO UNA TOMA DE POSESIÓN, PUNTO"

La ceremonia de investidura del pasado día 20 de enero quedó deslucida por la evidente poca asistencia de público a la jura y primer discurso como presidente de Trump. Imágenes aéreas del National Mall mostraban grandes espacios vacíos, un escenario muy diferente al que tuvo ante sí Obama durante su primera toma de posesión en 2009. Algo que quedó evidenciado en las crónicas sobre la ceremonia.

Al día siguiente, en su primera rueda de prensa como portavoz del presidente, un enfadado Sean Spicer regañó a la prensa (sin aceptar preguntas) por sus intentos “vergonzosos e incorrectos” de “minimizar el enorme apoyo” del presidente. “Fue la mayor audiencia que jamás haya presenciado una toma de posesión, punto”, dijo sin aportar datos. Ese mismo día Trump aprovechó para afirmar que los periodistas “están entre los seres humanos más deshonestos de la Tierra”.

Veamos quien miente. Aparte de las pruebas gráficas, el otro dato que existe para hacernos una idea de los asistentes a la ceremonia es el de la autoridad del transporte del área metropolitana de Washington. Sus registros muestran que el día de la investidura a las 11 de la mañana (una hora antes de la jura), 193.000 personas estaban utilizando el metro, frente a las 513.000 que lo hicieron en la primera jura de Obama en el año 2009 y las 317.000 que lo hicieron después de que fuera reelegido en 2013.

Por otro lado, expertos en medición de multitudes aseguraron a The New York Times que la ‘Marcha de las mujeres’, celebrada al día siguiente, tuvo una asistencia tres veces superior, y los datos del metro también lo corroboran: una hora antes de la protesta había 275.000 viajeros.

2. "MÉXICO PAGARÁ EL 100% DEL MURO"

Cinco días después de llegar al poder Trump firmó la orden ejecutiva para empezar los preparativos para construir un muro que cubra por completo la frontera con México. El presidente afirma que la construcción ahorrará dinero, pero los cálculos dicen todo lo contrario. También asegura que frenará la inmigración, pero ya hace tiempo que salen más mexicanos de los Estados Unidos de los que entran. Pero quizás la declaración más escandalosa es que México reembolsará al completo el coste de la obra.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha reiterado en numerosas ocasiones que eso no va a ocurrir. “Lo he dicho una y otra vez, México no pagará ningún muro”, afirmó tras la firma de la orden. Y de alguna forma Trump se ha tenido que comer sus palabras y admitir indirectamente que el gobierno mexicano no pondrá ni un céntimo. Ahora, el presidente de EE.UU. quiere pagar el muro con un impuesto del 20% sobre las importaciones desde México.

3."NO ES UN VETO A LOS MUSULMANES"

La medida inmediata que más ha encendido a la comunidad internacional y a los ciudadanos estadounidenses en las últimas dos semanas ha sido el veto migratorio a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Siria, Irak, Irán, Libia, Yemen, Somalia y Sudán), una medida que ha dejado a miles de personas en peligro.

Ante las acusaciones de islamofobia, Trump ha asegurado que no se trata de un “veto a los musulmanes”, sino de una medida para mantener al país a salvo del terrorismo. En esta afirmación hay dos mentiras. Por un lado, la orden ejecutiva establece que “para priorizar peticiones de asilo por parte de refugiados exiliados por persecución religiosa, la religión de esos individuos debe de ser minoritaria en su país de origen”. Todos los países vetados son de mayoría musulmana, por lo que la norma sí que les pone dificultades la hora de pedir asilo.

Por otro lado, un vistazo a las hemerotecas deja claro que la inmensa mayoría de las personas que han cometido atentados terroristas en los EE.UU. no procedían de los siete países vetados. Sólo se conocen tres ataques con motivación terrorista que hayan sido perpetrados por personas de alguna de estas nacionalidades, y ninguno de ellos provocó víctimas mortales. Varias informaciones apuntan a que la elección de los países excluyó a aquellos en los que Trump tiene negocios, como Arabia Saudí o Pakistán.

Otra de las falsedades pronunciadas por el presidente es que antes de su polémica decisión “si eras cristiano, era imposible entrar”, en referencia a Siria. Según Politifacts, los cristianos constituyen una fracción muy pequeña de los sirios admitidos en el programa de refugiados (también es cierto que representan un 10% de la población del país), pero no hay evidencia de que esto sea resultado de una política discriminatoria.

4. "SOY EL QUE MÁS HA APOYADO A LA CIA"

La primera visita que hizo el mandatario tras llegar a la Casa Blanca fue al cuartel general de la CIA en Langley. Allí, aparte de volver a insistir en la “deshonestidad” de la prensa, afirmó hablando de él mismo en tercera persona que “no hay nadie que tenga una mejor consideración de la comunidad de inteligencia que Donald Trump”. Pero seguramente los agentes presentes en la sala todavía tenían muy presentes el tuit realizado una semana antes acusando a su jefe, John Brennan, de estar detrás de la filtración de “noticias falsas”.

Pero sus enfrentamientos con las agencias de inteligencia del país vienen de lejos. Primero atacó a Brennan por no encausar a Hillary Clinton por el escándalo de los correos electrónicos. Después, cuando la CIA vinculó a Rusia con los ataques informáticos durante la campaña electoral, Trump tachó esas afirmaciones de “ridículas”. “No me lo creo en absoluto”, subrayó.

Sin embargo, en su primera rueda de prensa tras ganar las elecciones tuvo que admitir la implicación rusa. Es más, al final ha pedido a John Brennan que siga al frente de la agencia de inteligencia. Ya se sabe, amores reñidos son los más queridos.

5."EL CRIMEN EN FILADELFIA ESTÁ SUBIENDO TERRIBLEMENTE"

Una de las promesas de campaña de Donald Trump ha sido reforzar la seguridad en las calles del país para reducir el crimen. Es cierto que en algunas ciudades, como Chicago, la delincuencia se ha disparado, pero el presidente ha hecho afirmaciones sobre otras ciudades que son completamente incorrectas.

En su primera visita a Filadelfia tras llegar a la Casa Blanca dijo que el crimen subía “terriblemente”. Pero, ¿qué nos dicen los datos? Que los asesinatos entre 2015 y 2016 han pasado de 280 a 277. Es decir, se han reducido.

Es cierto que en 2014 la cifra fue más baja, pero si analizamos la tasa de homicidios desde los años 90, la ciudad ha reducido el número de muertes violentas. La administración Trump también jugó con los números al afirmar en la web de la Casa Blanca que los homicidios habían aumentado un 50% en Washington. Los datos de la policía metropolitana apuntan a que en 2014 hubo 105 asesinatos. Al año siguiente 162, pero en 2016 la cifra bajó a 135.

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